Violencia escolar en Melipilla: un problema que se agudiza y pone en alerta a la comunidad

Por: Benjamin Gárate
En menos de una semana, Melipilla ha sido escenario de dos graves hechos de violencia escolar, que terminaron con estudiantes heridos, detenidos y, en un caso reciente, con la muerte de un menor de edad. La creciente tensión en los entornos educativos tiene alarmada a la comunidad escolar y a los vecinos de la comuna, especialmente tras el impactante incidente ocurrido en plena Plaza de Armas. Frente a este panorama, autoridades municipales, comunidades educativas y residentes exigen medidas urgentes para frenar la escalada de violencia entre adolescentes.
Uno de los focos principales ha sido el Liceo Hermanos Sotomayor Baeza, donde el pasado 2 de junio una riña entre estudiantes terminó con dos adolescentes detenidos, uno de ellos portando un arma blanca. El hecho ocurrió durante el horario de clases, al interior del establecimiento. Solo días antes, el 30 de mayo, un enfrentamiento en la plaza de la ciudad dejó a un escolar fallecido tras recibir múltiples puñaladas.
Consultado sobre la situación, Gonzalo Catalán, profesor del liceo, relató cómo se ha vivido la tensión al interior del establecimiento: “Nos enfrentamos a una realidad difícil. Los jóvenes están resolviendo sus diferencias con una violencia extrema. Como profesor, uno se siente inseguro. Realmente nunca esperas algo malo de un estudiante, pero con lo que ha pasado, uno empieza a sentir temor”.
Desde Seguridad Ciudadana, Eduardo Gutiérrez, funcionario que presenció el incidente en la plaza, explicó que “nuestros recursos para intervenir son limitados, y por más que tratamos de actuar rápidamente, no fue suficiente. Hicimos todo lo posible por separar a los adolescentes y asistir al joven herido lo antes posible”.
La situación ha encendido las alarmas en toda la comuna. Circulan rumores sobre nuevos conflictos entre colegios, lo que ha aumentado la preocupación entre estudiantes, apoderados y docentes. Algunos padres incluso han optado por no enviar a sus hijos al colegio por temor a que los hechos se repitan.
Ante este escenario, la comunidad educativa ha comenzado a organizarse para exigir cambios profundos. Apoderados del Liceo Hermanos Sotomayor han solicitado reuniones con el municipio y el Ministerio de Educación para pedir respuestas concretas, mejores medidas de seguridad y acciones que permitan recuperar un ambiente escolar seguro y propicio para el aprendizaje.
Por su parte, el Liceo Bicentenario Politécnico de Melipilla también enfrenta una situación compleja. El alumno fallecido en el incidente de la plaza pertenecía a ese establecimiento, y desde entonces, el funcionamiento del liceo ha sido irregular. Según versiones preliminares, el joven habría estado involucrado en el robo de dos celulares, situación que habría detonado la riña que terminó en su trágica muerte.
Andrés Serrano, encargado de Seguridad Municipal en Melipilla, relató que se activaron todos los protocolos establecidos en este caso. “Como municipalidad, seguimos el procedimiento al pie de la letra. Seguridad Ciudadana no tiene facultades para intervenir directamente en una situación como esa, ya que carece de los recursos necesarios. Sin embargo, se brindó apoyo en el lugar, incluso con la ayuda de un bombero que realizó un torniquete al joven herido”, relató.
Además agregó que, de acuerdo al protocolo, debía intervenir Carabineros, quienes fueron contactados en reiteradas ocasiones: “Se les llamó alrededor de ocho veces, pero nunca llegaron. Por eso, los acompañantes del joven, presuntamente sus amigos, lo subieron por la fuerza a un taxi, amenazando tanto al bombero como al personal de Seguridad Ciudadana”.
En lugar de trasladarlo a la Clínica San Agustín, que se encontraba a solo dos minutos del lugar, lo llevaron al hospital local, a una distancia mayor, lo que pudo haber afectado el tiempo de atención.
Estos hechos han puesto en evidencia no sólo la creciente violencia entre adolescentes, sino también las limitaciones estructurales de los sistemas de respuesta en situaciones críticas. La comunidad de Melipilla exige, con urgencia, mayor presencia policial, protocolos efectivos y un compromiso real de las autoridades para frenar esta preocupante tendencia.
Estas situaciones en Melipilla deben marcar un punto de inflexión. No basta con reaccionar ante la emergencia: es necesario prevenirla. La comunidad educativa, las autoridades locales y los vecinos de la comuna deben trabajar en conjunto para revisar y reforzar los protocolos de seguridad en los establecimientos, garantizar la presencia oportuna de Carabineros y capacitar a todo el personal escolar y de seguridad para enfrentar posibles crisis. Aunque se espera que estas no ocurran, siempre se debe estar preparado para actuar. La violencia no puede normalizarse en espacios que deberían ser seguros para aprender, convivir y compartir en familia. El llamado no es solo a detener los hechos, sino a evitar que se repitan.