Una profesora en la UCI, un estudiante en crisis y una ley cuestionada: el caso que pone en jaque la inclusión escolar en Chile
El pasado lunes 17 de marzo alrededor de las 9,30 de la mañana una profesora de la región del Ñuble sufrió una fuerte agresión por parte de un estudiante de 14 años que padece TEA, agresión que la dejó en la UCI del hospital clínico del sur de Concepción.
Este hecho ocasionó una fuerte reacción por parte del cuerpo docente del Liceo Bicentenario de Excelencia de Trehuaco, donde los profesores exigen justicia y más protección.
La madre del adolescente lamentó la situación, y señaló que su hijo vive con la condición de Trastorno del Espectro Autista (TEA), de modo que tuvo un episodio de desregulación. Asimismo, se dio cuenta de que el colegio tenía el diagnóstico del menor, y desde el establecimiento le habían dicho que tenían todas las condiciones para recibirlo.
Pero aquí surge una arista que es importante que es la Ley de inclusión que entró en vigencia el año 2023. Los establecimientos educacionales, los profesores y todo el mundo escolar ¿están preparados para que esta ley funcione de la mejor manera?.
En conversación con El Narrador, la docente Sara Sepúlveda Galindo que imparte la cátedra de Interculturalidad e inclusión educativa en la Universidad de Santiago se refirió de una manera crítica al sistema de la educación: “No sé si te has fijado, en los avisos en Internet, la gran cantidad de solicitudes de profesores diferenciales que el sistema está requiriendo y no sé si ya está la investigación que dé cuenta de la tasa de titulación de profesores de diferencial. Lo anterior es una señal de que algo no está correcto”.
“Se instala una Ley, pero sobre una infraestructura física, social, cultural y económica inexistente en algunos casos y precaria en lo mejor de los casos. Incluso las Universidades que imparten pedagogía, se suben sobre la marcha, y en sus mallas han realizado algunos ajustes menores pero claro, los que formamos a profesores, salvo en algunos casos que han tenido una especialización, tampoco tenemos las capacidades académicas e incluso sociales (y me atrevería a decir incluso espirituales) para enfrentar esta nueva realidad en las escuelas”, advierte la académica.
También debemos añadir que este joven era recién llegado a este establecimiento, llevaba 8 días en el liceo. Si miramos este hecho la madre del joven que cursaba primero medio dijo a los medios que el altercado se provocó luego que la profesora le dijera que trabajara y en ese momento el alumno colapsó.
Si la profesora hubiese conocido los síntomas de este menor el final hubiese sido distinto.
Marta Donoso, madre de una niña que tiene TEA, piensa que “los profesores no están preparados; de partida algunos andan abrazando a los niños y a mi hija por ejemplo no le gusta eso, le tuve que enseñar a su profesora jefe que debe preguntarle primero si la puede abrazar. Hay algunos que se enojan porque no socializan o porque dibujan en clase, por ejemplo. También se ve la discriminación al revés, la evalúan diferencial, cuando ella no lo necesita”.
Donoso se refirió a la Ley de inclusión destacando que “es un gran avance que haya una ley, pero siento que no es suficiente. Creo que los profesores no son instruidos y algunos no saben cómo reaccionar cuando un estudiante se desregula. Mi hija vivió muchos episodios el año pasado, primer año del diagnóstico, en donde la respuesta de los profesores fue muy tardía o nula”.
Por otro lado, Daniela Matus, psicóloga de integramédica, propuso diferentes métodos para que esta ley se refuerce: “Entregar capacitaciones e inducciones gratuitas a docentes y familias, las cuales les permitan adquirir los conocimientos necesarios para entregar una buena educación, ya que el trabajo no es solo de los/as docentes, si no, que también en el ámbito familiar”
Este lamentable hecho no solo dejó a una profesora en estado crítico, sino que también abrió un debate urgente sobre las brechas del sistema educativo chileno frente a la inclusión real de estudiantes con condiciones como el Trastorno del Espectro Autista. Si bien la Ley de Inclusión representa un avance significativo en términos normativos, voces expertas y testimonios de apoderados coinciden en que su implementación carece de la infraestructura, preparación docente y acompañamiento familiar necesarios. Mientras la comunidad educativa del Liceo Bicentenario de Excelencia de Trehuaco exige justicia y medidas concretas, el país se enfrenta al desafío de transformar una ley en una práctica efectiva, que resguarde tanto el derecho a la educación como la integridad física y emocional de quienes forman parte del aula.