Menos impuestos y más inclusión: el nuevo régimen para ferias libres
Por Ariel Ceballos
El martes 6 de mayo de 2025, la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados despachó a ley el proyecto que modifica el Decreto Ley N.º 825 sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, para establecer un nuevo régimen tributario sustitutivo del IVA para ferias libres.
El proyecto establece un impuesto de 1,5 %, sustitutivo del 19 % de IVA, aplicable a las transacciones que realicen los feriantes a través de medios de pago electrónicos autorizados y fiscalizados por el Servicio de Impuestos Internos (SII). Este impuesto, más la comisión por el servicio del operador del medio de pago, no podrá exceder el 3,5 %. Y dado que serán los operadores de medios de pago electrónicos quienes deberán entregar al Fisco el impuesto recaudado, estos comerciantes quedarán liberados de llevar contabilidad formal.
Durante la discusión legislativa, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, explicó que “lo que busca este proyecto es formalizar a cientos de miles de trabajadores de ferias libres que hoy día, por la manera en que está estructurado el régimen tributario, están al margen de esta legislación. Y busca hacerlo a través de una modalidad que permite dar cuenta de las características del trabajo en las ferias libres y las limitaciones en términos del tipo de declaraciones, pago de impuestos, etc., que se aplican al resto de los contribuyentes”.
Desde el mundo gremial, la noticia fue recibida con entusiasmo. Froilán Flores, presidente de la Confederación Gremial Nacional de Ferias Libres (ASOF-CG), declaró que “este es un gran avance para las ferias de Chile, porque normaliza nuestra situación tributaria sin mayores costos y sin afectar a nuestros consumidores”. También recalcó que las ventas en efectivo seguirán exentas de cualquier impuesto, lo que otorga mayor flexibilidad a los comerciantes.
Pero más allá de las cifras y declaraciones oficiales, la medida se traduce en un cambio tangible para personas como Elizabeth Petersen, feriante de Puente Alto. “Antes, trabajar con tarjeta era un problema. Lo malo era pagar los impuestos. Ahora no va a perjudicar en nada y nos va a ordenar a todos por igual”, comentó a este medio con alivio.
La ley marca un hito en la relación entre el Estado y los trabajadores informales. Por años, el mundo de las ferias ha operado en una especie de limbo legal, entre la necesidad de subsistencia y la imposibilidad de cumplir con exigencias pensadas para empresas formales. Con esta normativa, se abre una puerta para que la informalidad deje de ser la única opción viable.
En un país donde la economía informal representa un porcentaje significativo del empleo, este tipo de iniciativas no solo alivia el bolsillo de los trabajadores, sino que fortalece la justicia tributaria y la inclusión. Porque formalizar no tiene por qué ser sinónimo de complicar, y esta ley parece haberlo entendido.
Así, en las ferias de Chile, donde cada día se intercambian productos, saludos y esperanzas, se comienza a escribir un nuevo capítulo: el de una economía popular que ya no teme al fisco, sino que dialoga con él desde su propia realidad y con reglas más justas.