Perdonazo a las Isapres: la vida no debe estar en juego
En los últimos meses se ha hablado del quiebre del sistema de salud privada en nuestro país, mientras las Isapres han presentado una caída significativa de sus cotizantes en el último año. Cerca de 60 mil afiliados dejaron el sistema de salud privada solo en enero de 2023, esto en medio de la judicialización por los intentos de alzar los planes, además del aumento de las licencias médicas durante el periodo de la pandemia del COVID-19. Pero la fuga de los afiliados de las Isapres no es un fenómeno nuevo: ha sido muy relevante desde 1999, cuando ya se contaba un 2,3% de los afiliados abandonando el sistema.
Desde que existen, las Isapres han beneficiado a miles de chilenos con una alternativa de prestaciones privadas que han hecho frente a la limitada oferta que representa Fonasa. Por eso el envío de una ley corta que busca dar cumplimiento al fallo de la Suprema por las tablas de factores, es una movida con la que el Gobierno estaría buscando “sancionar” a las aseguradoras que prestan servicio a demasiadas personas. Y mientras no se avizore otro sistema que las reemplace, una medida como esa provocará que la salud pública colapse más de lo que ya está.
El Presidente Gabriel Boric ha insistido que no habrá un “perdonazo” a la deuda de las Isapres y declaró que “a uno podrá gustarle o no gustarle el fallo de la Corte Suprema, uno podrá estar de acuerdo o en desacuerdo, pero lo que no cabe ninguna duda es que todos debemos estar de acuerdo es que un fallo de un poder independiente se debe cumplir”.
La salud pública está en crisis, con largas listas de espera, escasez de funcionarios y Fonasa sin dar abasto, mientras el Gobierno solo piensa en destruir el sistema privado. El oficialismo no ha entendido que ese no es el camino más propicio para asegurar la atención de miles de personas que hoy se encuentran con diversas enfermedades. Por eso, el presidente de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simón, ha sido enfático en que, de ser aprobada la ley corta tal y como se presentó, “en septiembre estará cerrado el sistema”.
Para estar a la altura de las necesidades sanitarias del país, el Gobierno debería apostar más por una mirada de largo plazo y no por hacer una jugada ideológica contra el sistema privado, sobre todo pensando en la ineficiencia del Estado a la hora de gestionar algo tan necesario y primordial como lo es la salud. Así, el “perdonazo” a las Isapres podría evitar un gran colapso en el sistema y, de paso, un alza de la mortalidad en momentos de crisis. Porque la salud y la vida de los chilenos no es algo con los que se pueda jugar.