Fútbol chileno, un mal cuento de nunca acabar
Por: Ignacio Osorio, Periodista
El día viernes recién pasado, la selección chilena de fútbol, dirigida y comandada por el técnico Eduardo Berizzo volvió perder, esta vez ante su símil de Uruguay – dirigido por Marcelo Bielsa-, por tres goles a uno. Más allá de la nueva derrota, la sexta en 12 partidos dirigidos, las críticas al entrenador trasandino vinieron – nuevamente- por la forma de juego, la nula reacción y la incapacidad sistemática de entregar a la selecciona chilena un estilo futbolístico que le permita competir, más si consideramos su antecedente como segundo al mando del propio equipo nacional. La nueva derrota es solo una línea más de una larga historia.
La debacle de la selección si bien no es algo propio de la era encabezada por el Toto, sí ha llegado a un punto culmine de mal rendimiento y desazón futbolística, ganándose inclusive críticas solapadas de unos de sus principales jugadores, Gary Medel, quien luego del partido dijo que “es un problema de planteamiento; no nos puede pasar en Santiago”. Pero claro, como se dijo no es algo que sea reciente o exclusiva culpa de Berizzo.
El constante descenso en el rendimiento de la selección, la que ya completa casi diez años sin poder clasificar a una cita mundialista, es una suma de factores potenciados entre sí, entre los cuales es posible considerar elementos tales como la falta de recambio generacional de jugadores, el bajo nivel del torneo nacional – patente en el bajísimo rendimiento en competencias internacionales-, la ausencia total de una planificación de desarrollo, una crisis económica que incluso ha puesto en jaque el funcionamiento normal de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, la ANFP, todo esto bajo – en buena parte- de la administración de Pablo Milad.
Los análisis y diagnósticos de los motivos están hechos y se han hablado latamente, sin embargo pareciera que no se suele dejar de escribir esta amarga historia que sumó recientemente un nuevo personaje, el gobierno, el que a través del ministerio de Justicia decidió exigir el cese del ente rector con casas de apuestas y revisar la situación de los clubes, los cuales son los socios jurídicos de la asociación.
El panorama pareciera no ver la luz y esclarecerse, sino todo lo contrario, pues constantemente el propio Milad ha dicho majadera y equivocadamente que no existe una crisis y que se está trabajando para mejorar en todos los ámbitos anteriormente mencionados, lo que pareciera ser, más que todo, una simple declaración vacía y mediocre, muy acorde a su administración en la que de manera constante se han ido develando errores y horrores que tiene a nuestro fútbol, probablemente, en la peor crisis de su historia. Es de esperarse que algo o alguien ponga rápido punto y pitazo final a esta agonía.
