Entrevista a Víctor Hugo Robles: La voz incansable de la comunidad LGBTQ+
Autor: Dominique Barra
Víctor Hugo Robles, también conocido como El Che de los Gay desde que comenzó a desarrollar performances caracterizado como una versión homosexual del Che Guevara, es un periodista y activista homosexual, quien se ha destacado por diversos motivos, entre ellos, integrar el MOVILH en los años 90 y conducir el primer programa radial de homosexuales y lesbianas en Chile llamado Triángulo Abierto.
Su vida y trabajo como activista por más de 30 años fue inspiración para el documental “ El Che de los Gays”, estrenado a nivel nacional en el Festival Internacional de Documentales de Santiago y, en el extranjero, en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, además de ser premiado en el Festival Internacional de Cine Gay/Lésbico/Trans de Bilbao 2005.
¿Cuál es la importancia de celebrar el Mes del Orgullo en Chile?
El 22 de abril de 1973 una marcha congregó a un grupo de homosexuales pobres y travestis que decidieron lanzar la primera piedra, transformando esta manifestación chilena en nuestro Stonewall criollo, un Stonewall pobre y vulnerable, pero un grito de libertad para decir nunca más. Pero más que de orgullo, yo hablaría de dignidad. Para mí, su significado es también personal e íntimo, porque vengo escuchando la historia de esa marcha desde que ingresé al Movilh en 1992. Después, como estudiante de periodismo de la desaparecida Universidad Arcis -el Arcis de Noé, como le llamaba Pedro Lemebel- investigué archivos de prensa, recopilé antecedentes e hice entrevistas para llegar a las protagonistas de esa primera protesta. Mi tesis en Arcis fue sobre la historia del movimiento homosexual y obtuvo honores.
¿Cómo ha evolucionado el resguardo de los derechos de las personas LGBTQ+ a lo largo de los años?
En estos 50 años se ha avanzado en visibilidad y en organización del mundo homosexual, partiendo por la modificación del artículo 365 del Código Penal que castigaba con cárcel las relaciones sexuales privadas entre hombres adultos, y que en 2022 fue derogado. Se ha avanzado también en la promulgación de la Ley del Acuerdo de Unión Civil, el Matrimonio Igualitario y en la Ley Antidiscriminación, que estuvo durmiendo en el Parlamento hasta el asesinato de Daniel Zamudio. Todas son leyes importantes, pero lo fundamental es el avance de la sociedad, que entre los jóvenes y en las poblaciones estén ahora más dispuestos al cambio. Y todos los estudios de opinión demuestran que existe ese compromiso con los derechos de la diversidad sexual. Los cambios profundos y culturales son a largo plazo, pero hemos ido avanzando fuerte y sostenidamente.
¿Por qué es importante la visibilidad de la comunidad LGBTQ+ en los medios de comunicación?
Al principio no era posible mostrarse abiertamente: en la primera aparición pública del Movilh, el 4 de marzo de 1992, todos estaban vestidos de negro y enmascarados, para demostrar que no era posible en ese minuto dar la cara. Por eso los medios de comunicación han sido muy importantes, de hecho recuerdo la primera conferencia de prensa del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual donde llegaron todos los medios, excepto Canal 13, por su sesgo religioso e ideológico de la época. En 1993 iniciamos una experiencia inédita en Chile y en América latina: la emisión de Triángulo Abierto, el primer programa radial de homosexuales, lesbianas y trans en Chile, que tuve la posibilidad de animar, dirigir y editar, junto con el escritor Juan Pablo Sutherland. La existencia de este programa significó la primera voz, el primer grito libertario.
¿Cuáles son las principales iniciativas o proyectos en los que usted está trabajando para mejorar la situación de la comunidad LGBTQ+?
Primero: responder esta entrevista, felicitando a este periódico universitario que incorpora la perspectiva y el testimonio de un activista de la comunidad LGBTQ+ para que sea leído por toda la comunidad universitaria. Yo estoy también todos los domingos en el programa Siempre Viva en Vivo, de Radio Universidad de Chile. También estamos difundiendo el documental “Las locas del 73” sobre la primera protesta de la diversidad sexual, que dirigimos con Carolina Espinoza. Lo presentamos en el Museo de la Memoria e iremos a regiones. Además estoy preparando un libro de relatos de memoria sobre Pedro Lemebel que escriben un grupo de activistas disidentes y que se publicará a fin de año. Y en septiembre vamos a reeditar “Bandera Hueca, historia del movimiento homosexual”, que es el primer y único libro que se ha escrito sobre la historia del movimiento. De hecho me llama mucho la atención que el Movilh no haya escrito su propia historia y de que el mismo Rolando Jiménez todavía no publique sus memorias.
¿Cómo se avizora el escenario de avances para la comunidad LGBTQ+? ¿Qué viene después del matrimonio igualitario, por ejemplo?
Estamos en buen pie: hay una comunidad abierta, que ha ido avanzando y está dispuesta a escuchar. Yo espero que las instituciones públicas del Estado -y el Gobierno de turno- dejen de usar y abusar de las demandas de los colectivos LGBTQ+ y que se concreten iniciativas que ayuden a toda la diversidad sexual y no solo a los militantes de sus partidos. Espero que el Gobierno tome la iniciativa de presentar el proyecto de ley para cupos laborales trans, que es parte del programa de Gobierno y no lo han hecho. También que se avance en una ley de reparación histórica a las personas trans adultas mayores. Cuando hablamos de reparación, debe ser justa y económica -como en Argentina- por eso hay que abrir investigaciones sobre violaciones de derechos humanos a comunidades de la diversidad sexual en dictadura, porque a 50 años del golpe militar, ninguna víctima es menor que otra.
¿Qué mensaje a la comunidad LGBTIQ+ le gustaría transmitir en el Mes del Orgullo?
Un mensaje de libertad, de vivir como queramos vivir. A la comunidad universitaria LGBTIQ+ le digo que eduquen también a sus pares, que entreguen su propia vida como un ejemplo de lucha y transformación social. Los primeros que debemos dar el ejemplo de respeto, integración y dignidad somos los homosexuales, lesbianas y trans. Debemos aprender a vivir también en comunidad, porque no todos somos iguales a los otros, pero tenemos que ser iguales en derechos y defender nuestras diferencias. Invito a integrarnos y luchar también por los derechos de los demás, no solo los nuestros. Ser parte de otras luchas, como la mapuche, o la de las mujeres, por el ejercicio libre de sus derechos y su sexualidad. También somos parte del movimiento obrero, del campesino, del medioambiental y el animalista. Es decir, somos parte del mundo, no queremos construir un mundo aparte. Y desde nuestra loca esquina aportamos también en la construcción de un mundo mejor para todos, todas y todes.