¿Cómo la propiedad de los medios impacta en la polarización informativa?
Por: Melissa Bermúdez
Samuel Guerra
Desde siempre los medios de comunicación han seguido una línea editorial que va definida por el propietario del medio. Sin embargo, el enfoque, la perspectiva política, los valores y principios editoriales, pueden ‘’modificarse’’ por factores como la evolución de la audiencia y el cambio del entorno del país. Pero ¿qué tan cierto es que los propietarios influyen en es en la agenda social, política y pública del mismo?
En Colombia, los principales grupos económicos como lo son Santo Domingo, Sarmiento Angulo y Ardila Lülle, según larepublica.co (2022) son quienes poseen los medios de comunicación más importantes y con mayor audiencia en el país, entre los cuales se encuentran ‘’El Espectador’’, ‘’El Tiempo’’ y ‘’Canal RCN’’, medios que se definen de ‘’derecha’’, al igual que la mayoría de medios de comunicación de esa nación.
En este caso, las posturas políticas de los medios en Colombia han jugado un rol muy importante en la sociedad, pues las opiniones están cada vez más divididas y van ligadas a las realidades contadas por los mismos, potenciando así la elección del público en los medios de su preferencia y la agenda específica que manejan.
Y es entonces que, a partir de la confianza generada en los consumidores, nuevas representaciones entran en el colectivo social, las cuales se encuentran dentro de la línea e intereses de sus propietarios, polarizando la opinión pública hacia una tendencia. A su vez, esta crece mientras mayor es la cantidad de medios de comunicación establecidos dentro de los mencionados grupos económicos.
Para contextos similares dentro del mundo mediático, tenemos el antecedente de Argentina. Este país promulgó la ley 26.522 comúnmente conocida como ‘’Ley de Medios’’, en el año 2009 que ‘’prohíbe a un mismo dueño tener un canal de televisión abierta y una operadora de cable en la misma localidad. Además, ningún grupo puede poseer más de diez licencias de radio y televisión abierta.’’, según BBC mundo.
Esta ley fue propuesta con el fin de evitar que una agenda específica se constituya como una general, y así aplicarla como lo establece en su artículo 1° “desarrollo de mecanismos destinados a la promoción, desconcentración y fomento de la competencia con fines de abaratamiento, democratización y universalización del aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”.
Mencionamos que esto refiere a un contexto similar, pues grupos multimediáticos de comunicación trasandinos como ‘’El Clarín’’ se manifestaban en la nación argentina de una manera similar a Colombia, pues al momento de aplicarse el fallo a favor de la ley, ellos poseían un total de 12 licencias para medios, 2 sobre el límite establecido.
Como consecuencia a esta nueva obligación, en 2013 el medio en cuestión, que llevaba 4 años tratando de retrasar la implementación de esta normativa, protestó a favor de la libertad de prensa, pues aseveraron que el gobierno de Cristina Kirchner buscaba “silenciar, sin justificación técnica ni competitiva alguna, medios que hoy ejercen periodismo crítico”.
Para ese punto, la Corte Suprema no ligó la aplicación de esta nueva ley con la baja de producción del periodismo de la agenda propia del medio, ya que en su lugar, podría dar cabida a que nuevos medios crecieran, tal como lo establece su artículo 2° “La explotación de los servicios de comunicación audiovisual podrá ser efectuada por prestadores de gestión estatal, de gestión privada con fines de lucro y de gestión privada sin fines de lucro, los que deberán tener capacidad de operar y tener acceso equitativo a todas las plataformas de transmisión disponibles”.
Al final, lo establecido en la ley no pudo ver la luz como se tenía planteado, pues las limitantes que proponía para grandes multimedias fueron modificadas en 2016 bajo el mandato de Mauricio Macri. Es así como se alega el triunfo a una agenda mediática, en la que se puede observar que tiene la capacidad de influir en la opinión pública, llegando a los niveles legislativos y ejecutivos del poder público.
Es por eso que, en un mundo donde la información es poder, la relación entre los propietarios de los medios y opiniones públicas se convierten en un desafío constante. Y ahora una nueva pregunta surge: ¿Quién dicta el rumbo de las noticias y cómo afecta a nuestra sociedad?. En un entorno donde los medios de comunicación son actores claves en formar realidades, buscar esta respuesta se vuelve esencial para comprender la dinámica de la información que existe en la actualidad.