La tercera bala de José Antonio Kast
Foto del Partido Republicano
Por: Matías Rodríguez
En redes sociales aparece empuñando un arma, apuntando al blanco, junto al diputado Johannes Kaiser. Es José Antonio Kast, quien por tercera vez busca llegar a La Moneda esta vez con un discurso aún más endurecido en torno a la seguridad, consciente de que la delincuencia es hoy una de las principales preocupaciones ciudadanas. Su mensaje es claro: “mano dura, sin medias tintas”
No es su primera campaña ni su primera provocación. En 2017 debutó como candidato presidencial, obteniendo un 8% de los votos como independiente. Cuatro años más tarde sorprendió al llegar a la segunda vuelta, aunque finalmente fue derrotado por Gabriel Boric. Hoy, como líder consolidado del Partido Republicano, Kast apuesta por capitalizar el descontento con el gobierno y reforzar su posición como el principal referente de la derecha más dura del espectro político.
Las encuestas confirman su peso en la carrera presidencial. De acuerdo con la última medición de Cadem, publicada el 25 de mayo de 2025, la abanderada de Chile Vamos, Evelyn Matthei, encabeza las preferencias con un 17%, seguida muy de cerca por Kast con un 16%. Más atrás aparece la candidata del Socialismo Demócratico, Carolina Tohá, con un 10%.
En esta nueva campaña, el exdiputado ha optado por radicalizar aún más su mensaje. Aunque temas como la seguridad, la migración irregular y la crisis carcelaria ya formaban parte de su agenda en 2021, ahora ocupan un lugar central en su estrategia y se abordan con un tono más agresivo. A esto se suma un equipo más cohesionado y con un discurso perfectamente alineado.
“El proyecto de José Antonio Kast tiene un programa serio y prioridades claras”, aseguró el diputado republicano Luis Fernando Sánchez a El Narrador. Según él, el plan incluye acciones concretas para enfrentar la delincuencia, el descontrol migratorio, el hacinamiento carcelario y los efectos de la crisis económica. “Lo hacemos con unidad interna, y eso es clave si se quiere gobernar bien”, subraya.
El abogado y analista político Gonzalo Cordero, señaló a El Narrador que la gran diferencia de esta campaña es la apuesta por consolidarse como una alternativa de orden frente al caos, especialmente en materias como seguridad y migración. A su juicio, el discurso de Kast está hoy más alineado, más coordinado, pero también más polarizante. “Eso puede ser una fortaleza, pero también un límite —advierte—, porque su gran desafío sigue siendo ampliar su electorado sin perder su identidad”.
Las polémicas, como en campañas anteriores, no han estado ausentes. En diciembre de 2024, organizó una cumbre antiabortista en el Senado español como presidente de la Red Política por los Valores. El evento generó controversia tanto en Chile como en Europa, especialmente por la participación de exponentes con discursos abiertamente homofóbicos y contrarios al aborto. Kast no tomó distancia de sus dichos ni de sus invitados, lo que desató una ola de críticas desde diversos sectores.
Más recientemente, sus palabras tras la destitución de la senadora Isabel Allende volvieron a encender el debate. “Yo me alegro de la destitución de Allende —afirmó sin titubeos—, qué dolor voy a sentir yo por alguien que abusó del poder y del apellido”. La frase, celebrada por sus adherentes y condenada por sus detractores, refleja el tono confrontacional que ha caracterizado esta tercera arremetida presidencial.
Con un pie firme en el núcleo duro y otro buscando nuevos votantes, Kast enfrenta el desafío de no repetir errores del pasado. Su apuesta es clara: profundizar su identidad, polarizar sin miedo y presentarse como el único capaz de restablecer el orden perdido. La pregunta que queda abierta es si esa estrategia le alcanzará para superar el 50% de los votos.
¿Podrá Kast ampliar su base o quedará encerrado en su núcleo más radical? Esa es la pregunta que marcará su tercera bala hacia La Moneda.
