Un país en tensión: Fracturas internas y extremos ideológicos marcan el pulso preelectoral.
Por Cher Aránguiz Aravena

Chile se aproxima a un nuevo proceso electoral parlamentario, y el escenario no podría ser más incierto. En un contexto marcado por profundas fracturas internas en los partidos políticos, rupturas entre figuras históricas y el auge de fuerzas políticas en los extremos ideológicos, el país enfrenta una transformación profunda en su panorama político.
La sólida arquitectura partidaria chilena, que alguna vez definió el equilibrio político, hoy se muestra resquebrajada. Las disputas internas, que antes se mantenían en privado, ahora se ventilan públicamente a través de redes sociales, renuncias masivas y declaraciones cruzadas. Las alianzas que antes eran clave para el equilibrio de poder parecen ahora más una carga que una estrategia efectiva, mientras que los liderazgos tradicionales pierden terreno frente a figuras que se encuentran fuera de lo común.
Chile atraviesa un escenario político cada vez más complejo y fragmentado. El analista político Guillermo Holzmann, conversó con El Narrador y explicó que esta situación tiene profundas implicaciones tanto para la gobernabilidad como para la representación ciudadana. En un país donde el sistema electoral proporcional ha incentivado la proliferación de partidos políticos, la falta de consenso y el aumento de la polarización ideológica son algunos de los mayores desafíos a los que se enfrentan los actores políticos.

«Más del 40% de los votantes no se siente identificado con ningún partido político. Son electores pragmáticos que buscan resultados, y son ellos quienes realmente deciden las elecciones, especialmente en las presidenciales y senatoriales», afirma Holzmann. Este electorado, a menudo descrito como desideologizado, se ha convertido en un factor clave, pues, como apunta el analista, «decide las elecciones, particularmente las presidenciales y senatoriales».
Respecto al surgimiento de nuevos actores políticos, el diputado del partido Republicano, Agustín Romero, opina que “mientras más diversidad y refuerzos lleguen a nuestras ideas, es un beneficio para Chile”. En este contexto, destaca que la aparición de Johannes Kaiser y su Partido Nacional Libertario no es vista como una amenaza, sino como un apoyo a su causa. Si bien Kaiser pudo no sentirse representado por el Partido Republicano, Romero recalca que “mientras compartamos la defensa de Chile, estaremos unidos, aunque ellos hayan tomado otro camino”.
En palabras del diputado Romero, “Chile Vamos tiene un solo candidato y busca hacer primarias, pero con partidos con los que, según ellos, no tienen nada en común”. Este intento, a su juicio, parece más un esfuerzo por inflar una competencia que no existe realmente. Romero también sostiene que el Partido Republicano tiene un enfoque más claro: “Nosotros tenemos nuestro candidato bien definido, con un programa, con equipos trabajando y desplegados por todo Chile”. Según el parlamentario, en un escenario donde existiera un verdadero liderazgo y un deseo legítimo de competir, las primarias serían válidas. Sin embargo, para él, la realidad es que su partido ya tiene un candidato consolidado, por lo que no se justifica un proceso que, en su opinión, responde a intereses ajenos a una competencia interna genuina.
El panorama electoral y político de Chile es, sin duda, incierto y lleno de desafíos. La fragmentación de los partidos, la desideologización del electorado y la crisis institucional son solo algunas de las tensiones que marcan la agenda del país. Si bien el sistema electoral proporcional ha permitido una mayor representación, también ha favorecido la polarización y la creación de partidos de nicho, lo que está generando desconfianza en la ciudadanía.

A medida que nos acercamos a las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, el futuro político de Chile dependerá, en gran medida, de cómo se gestionen estas tensiones y de la capacidad de los actores políticos para encontrar un terreno común que garantice la gobernabilidad del país. Y, por supuesto, de la voluntad de todos los chilenos para mantenerse informados y participar activamente en el proceso.