Coordinación, estrategia y evidencia: Los pilares del Ministerio de Seguridad en Chile
En medio del complejo escenario que vive nuestro país en materia de seguridad, el Gobierno impulsó la creación del Ministerio de Seguridad Pública, el cual comenzó a funcionar el pasado 1 de abril de manera oficial.
La creación de este organismo surge tras la creciente demanda social por una respuesta más efectiva frente al aumento de la delincuencia, el crimen organizado y la sensación generalizada de inseguridad presente en el país.
En conversación con El Mensajero, el seremi de Seguridad Pública de la Región de O’Higgins, Rodolfo Núñez, destacó la importancia de abordar la seguridad desde un enfoque técnico basado en datos: “esto se va a abordar en base a la evidencia con planificación estratégica que respondan a esa evidencia científica que son los datos y los números que nos arrojan nuestros registros”.
La principal misión que tendrá este ministerio será formular, diseñar y evaluar las políticas y estrategias orientadas a prevenir y combatir el crimen organizado, el narcotráfico y los actos terroristas con el objetivo de garantizar una mayor seguridad para el país.
A su vez, Rodolfo Núñez, destacó que este nuevo ministerio se centre tanto en la persecución del delito como en las estrategias preventivas, señalando que “debemos trabajar la persecución del delito, el control propiamente tal, pero también tenemos que tener la capacidad de generar políticas públicas que prevengan las situaciones delictuales en el país. Para eso hay dos líneas que no son contradictorias, sino que se complementan”.
La nueva cartera del Estado cuenta con dos subsecretarías: la subsecretaría de Seguridad Pública y la subsecretaría de Prevención del Delito. Además, existirán las secretarías regionales ministeriales (seremis) de Seguridad Pública en representación del ministerio en cada región del país. Además estarán los departamentos provinciales de Seguridad Pública.
La creación del ministerio se enfrenta a desafíos claves como lograr una coordinación efectiva entre distintas organizaciones como Carabineros, Policía de Investigaciones y otros organismos vinculados. También tiene el desafío de fortalecer la descentralización asegurando que las seremis y los departamentos provinciales cuenten con las capacidades necesarias para solucionar y abordar las problemáticas locales. Además debe asignar correctamente los recursos humanos y financieros para su correcto funcionamiento.
En un diálogo con El Narrador ,la diputada del Partido Comunista, Alejandra Placencia, valoró el cambio institucional. Sin embargo, para ella el mayor desafío va más allá de lo institucional y mencionó que “por eso no basta con un cambio institucional, se requiere gestión, se requiere capacidad técnica y también responsabilidad democrática para enfrentar el crimen organizado para sacar las armas de las calles y dar seguridad a las personas en todo Chile”.
La puesta en marcha del Ministerio de Seguridad Pública tuvo un costo de $3.168.515 millones en el proyecto de Ley de Presupuestos 2025, y se financia principalmente a través de esta misma ley, que incluye reajustes, leyes especiales y ajustes presupuestarios.
A pesar de que la implementación del Ministerio de Seguridad ha sido considerada como un gran paso para enfrentar los desafíos en materia de seguridad en nuestro país, los plazos para ver mejoras en concreto son inciertos. Así lo reconoce el seremi de Seguridad Pública de la Región de O’Higgins, Rodolfo Núñez, quien fue cauteloso en el posible plazo en que se puedan apreciar mejoras en materia de seguridad: “Sería muy osado decir un plazo definitivo en que vamos a mejorar las condiciones de seguridad de nuestro país, porque hay una serie de elementos que tenemos que ir trabajando”.
En definitiva, la creación del Ministerio de Seguridad Pública en Chile representa un cambio estructural importante en que el Estado abordará la seguridad de ahora en adelante. La efectividad de esta medida dependerá de la voluntad política, de la capacidad técnica, la coordinación de las instituciones y el compromiso por las necesidades sociales. En un país marcado por la creciente sensación de inseguridad frente a la delincuencia, la puesta en marcha de este ministerio abre una nueva etapa en busca de soluciones más eficaces para enfrentar el aumento del crimen y la inseguridad.