La economía y sus consecuencias para el sector cultural chileno
En los últimos años, la industria cultural en Chile ha experimentado importantes desafíos debido a la situación económica mundial y las crisis a nivel local. Factores como la pandemia, el aumento del costo de vida, la inflación, por mencionar algunos factores, han generado un impacto notable en el consumo cultural, la financiación de proyectos, y el desarrollo de artistas y productores.
El costo de los productos y la inflación
El increíble aumento de la inflación, que se ha intensificado en la última década en Chile, ha incrementado no solo los gastos básicos que tienen todos los habitantes en el territorio nacional, sino también los servicios y productos culturales. Los precios de materiales artísticos, equipos tecnológicos, instrumentos musicales, y el costo de los arriendos de los espacios se han elevado considerablemente, lo que afecta de manera directa a los distintos creadores culturales del país. A muchos productores o artistas emergentes les dificulta financiar sus proyectos, el costo de organizar conciertos, festivales, obras de teatro se hace cada vez más difícil.
Por otro lado, la misma población ha bajado el consumo de productos culturales. La dificultad de generar más dinero o los bajos sueldos, hace que la población priorice su dinero en necesidades básicas y las actividades como el cine, teatro, circos y conciertos se han convertido en un lujo ocasional, más que en una parte importante de la vida.
El financiamiento y la crisis
La industria cultural en Chile depende en gran medida de fondos estatales, como el Fondo de la Cultura, el Fondo del Libro y la Lectura, y el Fondo de la Música, los cuales han sido fundamentales para la creación y desarrollo de muchos proyectos. Sin embargo, la restricción en los presupuestos y la competencia cada vez mayor entre proyectos, ha reducido la posibilidad de ganarse algunos de estos financiamientos.
En el contexto de la crisis económica en Chile, las reducciones de presupuesto han afectado a todas las instituciones, incluyendo a las del área cultural y se ha percibido en la población una reasignación de fondos hacia otras áreas consideradas más importantes, como salud, educación y seguridad. Esto ha dejado a varios en el sector cultural en una situación de precariedad que se ha intensificado tras los efectos de la pandemia, los cuales aún repercuten en la industria.
Las consecuencias
El sector cultural da empleo a muchas personas, desde artistas, actores, técnicos, personal de aseo, personal administrativo, productores, etc. No obstante, el costo de la vida y la baja de financiamiento en nuestro país, ha llevado a condiciones de empleo inestables. La mayoría de los trabajadores en la industria cultural están contratados bajo modalidades temporales o freelance, sin una seguridad laboral estable, lo que se vuelve más problemático en tiempos de crisis.
¿Invertir en cultura es un gasto o una oportunidad?
A nivel local, algunas regiones han visto la cultura como una oportunidad de desarrollo. La región de Valparaíso, por ejemplo, ha invertido en programas culturales que atraen a turistas y enriquecen la economía local. Este enfoque ha permitido que el arte no solo sea un aporte en términos de identidad, sino también una fuente de ingresos y empleo.
El desafío radica en que el país, a nivel nacional, aún no ve la cultura como una inversión. Expertos sugieren que si Chile adoptará modelos de financiamiento mixto, como el de algunos países europeos, podría haber una mejor infraestructura y oportunidades, para el arte y la cultura, en consecuencia sus creadores podrían contar con mayor estabilidad económica.
La era de la cultura digital
No todo es malo para el sector cultural, ya que con la llegada de la era digital ha ofrecido a los artistas chilenos la oportunidad de mostrar su trabajo más allá de la cordillera. Plataformas como Spotify y YouTube se han convertido en espacios importantes para que músicos y artistas, tengan más visibilización, y en el mejor de los casos ingresos extras. Sin embargo, los ingresos de estas plataformas muchas veces son mínimos y muchos creen que todavía existe una gran desigualdad en la distribución de los beneficios.
En conclusión, la industria cultural en Chile enfrenta un difícil momento debido a los efectos de la economía. La necesidad de políticas públicas que otorguen estabilidad y respaldo económico, junto con la adaptación a las nuevas plataformas digitales, son factores que serán determinantes para asegurar un futuro en el que el arte y la cultura continúen siendo accesibles para todos y que no sea un lujo.