El viaje hacia la independencia: Cómo aprender a autogestionarse en la vida universitaria

El viaje hacia la independencia: Cómo aprender a autogestionarse en la vida universitaria

Por: Sofía De Ferrari

En el colegio, los estudiantes experimentan un entorno regido por horarios establecidos, donde cada día sigue una cotidianidad predeterminada. No tienen la libertad de abandonar el lugar sin autorización y cualquier acción o desempeño académico deficiente puede llevar a una llamada a los apoderados. Es un ambiente que da una sensación de seguridad y control, pero también limita la autonomía y la toma de decisiones independientes de los estudiantes. Sin embargo, al ingresar a la universidad, se encuentran con un escenario completamente diferente, lleno de desafíos y libertades que demandan una adaptación y madurez rápida para sobrellevar esta nueva etapa de sus vidas.

En contraste con el ambiente estructurado del colegio, la universidad abre las puertas a una amplia variedad de horarios y flexibilidad en la organización de las actividades académicas. Los estudiantes universitarios tienen la libertad de elegir sus propias clases y crear su propio horario según sus preferencias y necesidades. Además, se convierten en sus propios apoderados, asumiendo la responsabilidad de su propio desempeño académico y tomando decisiones que afectan su trayectoria educativa. Esta nueva etapa se percibe como una oportunidad emocionante para explorar intereses personales, desarrollar habilidades de autogestión y disfrutar de una mayor independencia en la toma de decisiones.

Sin embargo, esta nueva libertad también puede presentar desafíos para los estudiantes universitarios. Las denominadas «ventanas» entre las clases, esos períodos de tiempo considerable entre una clase y otra, pueden parecer interminables y pueden ser una gran distracción para algunos que no sepan administrar su tiempo en actividades que les sean útiles para sus estudios. Sin la estructura establecida del colegio, algunos estudiantes pueden encontrarse perdidos sin un plan claro sobre qué hacer en ese tiempo -la libertad de socializar con amigos después de las clases puede ser tentadora-. En este nuevo entorno, nadie estará pendiente de recordarles las tareas o llamar a sus padres si no cumplen con sus obligaciones. La responsabilidad recae en ellos mismos, y aprender a equilibrar el tiempo entre el estudio y el disfrute social puede ser todo un desafío en esta etapa de transición.

Una experiencia clara de esto es la de Cristóbal Orellana, que estudia Ingeniería Civil en Obras Civiles, y tuvo dificultades a lo largo de su carrera, pero con ciertas estrategias pudo enfrentar la carga académica. “El primer desafío fue enfrentarme a la libertad: faltar a clases, carrete, todo lo que es la ‘vida universitaria’, que me hizo dejar mis responsabilidades de lado; aparte, en el colegio nunca estudié, así que empezar a hacerlo en la universidad fue un desafío. Además, mi motivación con la carrera no era mucha, porque los primeros años son bien ambiguos, pero con el paso del tiempo uno va descubriendo qué es lo que le gusta, cuál es el enfoque que le quieres dar, y mejora”.

¿Tienes alguna estrategia para mantener un equilibrio entre el estudio y otras actividades?

Me he guiado bien con la carga, porque después de harto tiempo y trabajo, pude ordenarme. Siempre me ha costado poder mantener un equilibrio entre mis cargas académicas y las actividades en las que participo, pero actualmente mi estrategia es anotar todo en Google Calendar y revisarlo todos los días, así me ha resultado bien.

¿Qué diferencias has notado entre el sistema educativo del colegio y el de la universidad en términos de autonomía y libertad académica?

El cambio del colegio de la universidad es tremendo. El hecho de no tener uniforme, aunque sea banal, ya marca un cambio. El que tu asistencia tenga que ser 100% para pasar el ramo, o la libertad de cátedra. El no tener un apoderado que lleve un control de tus notas, la carga académica y la cantidad de calificaciones que tiene la universidad en diferencia al colegio, que son muchas más.

Ante estos retos, es fundamental contar con estrategias y consejos que ayuden a los estudiantes a navegar exitosamente por esta nueva etapa. En este sentido, Jocelyn Leiva, encargada del programa de Psicoeducación y psicóloga de la Universidad Bernardo O’Higgins, brinda valiosos consejos a los estudiantes. Estas recomendaciones se enfocan en distintos aspectos clave para una adaptación exitosa:

  • Establecer una rutina de estudio efectiva

Es fundamental crear una estructura en la gestión del tiempo, asignando momentos específicos para el estudio y la preparación de las clases. Establecer metas realistas y dividir las tareas en pequeños pasos puede ayudar a evitar la procrastinación y a mantener un progreso constante en el aprendizaje. 

  • Buscar apoyo y establecer redes de apoyo

Es importante conectarse con compañeros de clase, profesores y recursos universitarios. Formar grupos de estudio, participar en actividades extracurriculares y utilizar los servicios de apoyo académico disponibles en la universidad pueden brindar respaldo emocional, compartir experiencias y consejos, y facilitar el proceso de adaptación.

  • Cuidar el bienestar físico y emocional

Priorizar el autocuidado es esencial para mantener un equilibrio saludable durante la vida universitaria. Mantener una alimentación balanceada, dormir adecuadamente, practicar ejercicio físico y dedicar tiempo a actividades de relajación y recreación contribuyen a un bienestar integral, reducen el estrés y aumentan la capacidad de concentración y rendimiento académico. 

  • Desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia

La universidad puede presentar desafíos y dificultades, pero es importante cultivar habilidades de afrontamiento efectivas. Estas incluyen la capacidad de manejar el estrés, buscar soluciones a los problemas, adaptarse a nuevas situaciones y aprender de los errores. Fomentar una mentalidad positiva y ver los desafíos como oportunidades de crecimiento personal fortalece la resiliencia y promueve un enfoque constructivo frente a las dificultades.

Los estudiantes universitarios enfrentan diversos desafíos psicológicos durante su trayecto académico. Según Jocelyn, estos desafíos incluyen la necesidad de adaptarse rápidamente a las demandas de su formación profesional, como la carga académica, el trabajo colaborativo en equipos, la falta de estrategias de estudio, las dificultades para autorregularse y los efectos del estrés y la ansiedad.

Desde la perspectiva de Jocelyn como psicóloga, abordar estas problemáticas implica fomentar el autoconocimiento y la comprensión de sí mismos por parte de los estudiantes. Se busca indagar en el origen o causa de las dificultades y establecer objetivos co-construidos en cada sesión de apoyo. El enfoque se centra en la resignificación de aquello que pueda dificultar su proceso de cambio, utilizando estrategias adecuadas adaptadas a las necesidades individuales de cada estudiante.

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