Megasequía en la Región Metropolitana: cuando se agotan las aguas subterráneas

Megasequía en la Región Metropolitana: cuando se agotan las aguas subterráneas

 

Por: Matias Vega

Desde hace una década que nuestro país está viviendo con la preocupación del veloz avance de la sequía. Christian Herrera, jefe del Centro de Investigación y Desarrollo de Ecosistemas Hídricos (CIDEH) de la Universidad Bernardo O’Higgins, encabeza un estudio que, por medio del conocimiento de las napas subterráneas y su abastecimiento para las cuencas de la Región Metropolitana, busca contribuir a la búsqueda de soluciones y el manejo de la falta de agua.

“La megasequía y el agotamiento de las aguas subterráneas en el Acuífero de Santiago: una oportunidad para conocer el acuífero y mejorar su gestión en un clima cambiante”, es el nombre del proyecto, cuyo objetivo principal -indica el Dr. Herrera- es “conocer el funcionamiento de la napa subterránea de la cuenca de Santiago para evaluar su potencial para el abastecimiento del agua bajo la situación actual de extrema sequía. Los resultados preliminares de esta investigación han mostrado que la sequía ha producido un agotamiento en la napa subterránea, así como la sobreexplotación del acuífero”.

Al cierre de 2022, las 22 estaciones de medición de la Dirección Meteorológica de Chile mostraron de nuevo importantes déficits de precipitaciones con solo dos excepciones: La Serena y Coyhaique, lo que evidencia que el problema es de alcance nacional. No solo las personas y actividades productivas se quedan sin agua para sostenerse, la biodiversidad y los múltiples ecosistemas que producen nuestras fuentes de agua en el ciclo hídrico se degradan irreversiblemente. A pesar de ser un país privilegiado por su diversidad -con 88 de los 110 tipos de ecosistemas presentes en el mundo- Chile está hoy en serio riesgo.

Específicamente en la Región Metropolitana de Santiago, la escasez de agua se ha vuelto especialmente aguda, con la reserva El Yeso, la más grande del país, operando a sólo un 20% de su capacidad. Los residentes de la capital se han visto obligados a racionar el agua y muchos han tenido que buscar fuentes alternativas de suministro, como camiones cisterna.

“Es evidente que la falta de agua en los principales ríos y embalses ha llevado a una utilización excesiva de agua subterránea para suplir la falta de agua superficial, agravando la actual situación, ya que las aguas subterráneas operan en tiempos muy diferentes a las aguas superficiales. Además, la desertificación que está afectando a toda la zona central implica que tendrían que actualizarse los balances hídricos de todas las cuencas para evaluar cuál es la actual cantidad de agua disponible para ser explotada racionalmente”, explicó el investigador del CIDEH.

Las consecuencias y efectos de la sequía son variados: en cuanto a la disminución de los niveles de acuíferos de Santiago, ha generado gran dificultad para los usuarios de aguas subterráneas que pueden evidenciar una baja en los niveles del agua en sus pozos, ya sea por el uso o porque se secan. Además, como consecuencia de la sequía, la calidad de las aguas subterráneas estaría empeorando, sumándose la menor infiltración de agua de lluvia de “buena calidad”.

En última instancia, la crisis hídrica en Chile es un recordatorio de la importancia de proteger y preservar los recursos naturales para las generaciones futuras. Con la crisis climática en curso, es más importante que nunca que los gobiernos y las comunidades trabajen juntos para encontrar soluciones sostenibles a los desafíos ambientales globales.

El agua, sus usos productivos y los servicios públicos de provisión de agua y saneamiento están ligados a las formas de organización social, las dinámicas ecosistémicas y territoriales, los estilos de producción y consumo, la gobernanza y las arquitecturas institucionales. Por lo mismo, no proceden recomendaciones únicas y generales que garanticen la gobernabilidad del agua. Sin embargo, sobre la base de experiencias prácticas, es posible identificar una serie de preceptos centrales que se pueden considerar válidos, tanto para mejorar la gobernanza como para el desarrollo de políticas públicas y de instrumentos de gestión idóneos para alcanzar las metas planteadas.



Share this post